La sal: nuestro enemigo

?El agregado de sal en los alimentos se remonta a cuando se utilizaba esta sustancia para conservar la comida. La estrategia de salar la comida permitía que ciertos alimentos duraran mayor cantidad de días, en una época que no existía la refrigeración.

En la actualidad la sal ocupa un lugar privilegiado dentro de los condimentos disponibles en la cocina. Ninguna comida bien preparada salada o agridulce se priva de utilizar sal. Este simple elemento es el cloruro de sodio, que nos produce una gran preferencia ya que nuestras papilas gustativas ubicadas en la lengua están adaptadas a sentir su sabor.

La sal es utilizada por las personas que cocinan y además el salero en la mesa permite que cada comensal le agregué mayor cantidad a su plato.

Este elemento abundante a nivel mundial es muy necesario para nuestro cuerpo, pero en cantidades pequeñas. Todo el exceso que consumamos de sal hará que se acumule mayor cantidad de líquido en nuestro organismo, llevando conjuntamente  a la mayor acumulación de líquidos, haciendo que no podamos adelgazar y aumentemos de peso.

Por otra parte actúa en las arterias, venas y el corazón llevando a que tengamos mayor presión sanguínea. Luego de cierto nivel elevado, la presión constituye una enfermedad, conocida como hipertensión arterial.

La hipertensión arterial es una enfermedad que en la actualidad no tiene cura, pero existen medicamentos que pueden evitar sus efectos nocivos. Cambiando algunos de nuestros hábitos alimenticios podemos colaborar mucho en evitar que la presión alta avance en nuestro cuerpo.

Hay que disminuir al mínimo el consumo de sal, al principio parece difícil, pero hay que utilizar condimentos alternativos para lograr que la comida quede igual de sabrosa.

La persona que prepara la comida no debe utilizar sal agregada, ya que gran cantidad de alimentos lo contienen en exceso. Evitando estos alimentos, o disminuyendo su consumo puede ser una buena medida. El salero no debe llevarse a la mesa, de esta forma las personas se acostumbrarán a sentir el gusto natural de las comidas.

Estos pequeños cambios harán que tengamos menos enfermedades cardiovasculares, ¡el cambio depende de ti!