El apetito

Alimentarnos es algo común y habitual. Muchas veces no visualizamos que nuestras actividades y rutinas de la vida diaria giran en torno a la comida. Organizamos el día según las comidas básicas: desayuno, almuerzo, merienda y cena; los alimentos marcan nuestra marcha en el correr del día.

Nuestro organismo tiene un ritmo circadiano con respecto a la comida, al igual que muchos animales, esto significa que el ritmo alimenticio varía a lo largo de 24 horas. El apetito es la sensación que nos transmite el cuerpo de que tenemos que ingerir alimento. La sensación opuesta es la saciedad, la cual demora más en ser transmitida al cerebro para que dejemos de comer.

Tenemos mayor apetito durante los horarios de mayor cantidad de luz, y va disminuyendo el mismo a medida que llega la noche. Esta adaptación proviene evolutivamente de nuestra esencia animal. Durante el día los animales se alimentan, ya que de noche, se preparan para dormir o se esconden para no ser atrapados por depredadores. En este aspecto, los seres humanos no somos ajenos.

En las horas de la mañana nuestro apetito es alto, y va disminuyendo a lo largo del día. Lo que sucede es que no prestamos atención al mismo y nos guiamos por nuestros hábitos y costumbres. Comemos en cantidad porque todos los que están a nuestro alrededor también lo hacen. También sucede que a medida que va pasando el día, el cuerpo sabe que se acercan las horas de oscuridad, durantes las cuales no ingresa más alimento, y va ahorrando cada vez más. Nuestro cuerpo durante la mañana gasta más energía independientemente de las actividades que realicemos, pero en la tarde y noche optimiza su funcionamiento para gastar menos calorías.

Conociendo este mecanismo básico que tiene el cuerpo tenemos que poner en práctica unas sencillas recomendaciones. Comer más durante la mañana y el mediodía, disminuir la ingesta durante la merienda y lo menos posible en la cena. Las comidas del día pueden ser con más calorías, pero las mismas deben ir descendiendo en cantidad a medida que desciende el sol. Hay que destacar que la comida más completa tiene que ser el desayuno.