La dieta cetogénica, caracterizada por su enfoque muy bajo en carbohidratos, está lejos de estar muerta. Sus beneficios pueden ser muy importantes para tu salud, de hecho, está respaldada por un creciente cuerpo de investigación científica. Numerosos estudios sugieren que la Dieta Keto podría ayudar con la pérdida de peso, el control del azúcar en sangre y la función cerebral.
¿Eres de las que estaba siguiendo una dieta cetogénica pero terminó olvidada por el camino? No te preocupes, no hay mejor momento como el presente para retomarla. Sigue las mejores estrategias y consejos para que esta vez surta el efecto deseado.
Los miniobjetivos en la dieta keto
No es fácil, ni necesario, seguir a rajatabla un régimen cetogénico de la noche a la mañana. Por ello, lo importante es empezar estableciendo una serie de “mini metas”, esto aportará un enfoque escalonado. Por ejemplo, en la primera semana, podrías eliminar los dulces; la segunda, omitir los alimentos básicos a base de granos (pan y cereales); y en la próxima semana, eliminar los alimentos que contengan almidón (patatas o maíz).
Adapta este enfoque para eliminar cualquier elemento rico en carbohidratos y pronto volverás a tu objetivo bajo en carbohidratos. Generalmente es de 20 a 50 gramos netos al día en una dieta cetogénica.
Combate la “gripe cetogénica”
Es un síntoma que se suele dar al comienzo de cualquier dieta, tal vez más en la cetogénica. Tu cuerpo se va a sentir extraño por una serie de cambios, principalmente la del mayor uso de cetonas en detrimento de la glucosa, que ya dejará de ser el mayor combustible de tu organismo. Los efectos secundarios temporales de este cambio pueden incluir dolores de cabeza, poca energía, problemas digestivos, calambres musculares, debilidad y mareos.
Puedes ayudar a tu cuerpo con el aumento de la ingesta de agua y electrolitos, ya que esta especie de “gripe” se debe principalmente a un desequilibrio de electrolitos. Por ello, se recomienda tomar un suplemento que aporte recarga electrolítica. También sirven en caso de practicar mucho deporte y sudar mucho, para lo que también se aconseja la suplementación de electrolitos.
Planifica cada obstáculo
Puede resultar extraño, pero te puedes acostumbrar a las alternativas en los planes con amigos que deciden cenar fuera de casa o pedir un menú rico en carbohidratos. Por ejemplo, te puedes armar con bocadillos cetogénicos, además, la carne seca y los paquetes de aceitunas de una sola porción son excelentes para esas situaciones. También puedes acudir a una fiesta o reunión con algún plato elaborado por ti, quedarás bien y tendrás algo que puedas comer sin saltarte la dieta.
Para aquellas personas menos provistas en la cocina, es importante contar con una lista de ideas que incluyan comidas fáciles de preparar. El pollo enlatado o el atún mezclado con mayonesa cetogénica son algunos ejemplos. Los platos se pueden servir sobre una cama de verduras de hoja verde, cubiertos con semillas de cáñamo.
No te olvides del valor calórico
Las calorías son otra consideración, ya que algunas personas se olvidan de mirar el contenido calórico de algunos productos cetogénicos procesados. Si consumes más calorías de las que quemas, aumentará tu peso, en este caso no importa qué dieta sigas, es algo básico que no debes olvidar, sin llegar a obsesionarte con ello.
Recuerda que los recuentos de calorías y nutrientes de los alimentos envasados se basan en el tamaño de la porción. Otro punto a tener en cuenta es el azúcar (o los sustitutivos) que contienen los productos, estos podrían desencadenar antojos de dulces y otros carbohidratos.
Apoya la producción de cetonas
La dieta cetogénica tiene un alto contenido de grasas y, por lo general, aporta entre el 60-80% de las calorías. Una alimentación habitual contiene la mitad de esa cantidad de grasa o menos. Un aumento repentino en la ingesta de grasas puede provocar trastornos digestivos.
Cabe destacar que el tipo de enzima que descompone la grasa es la lipasa y se secreta en el tracto digestivo. La lipasa se incluye comúnmente en los suplementos de enzimas digestivas para apoyar la digestión de las grasas.
Si has llegado hasta aquí significa que ya estás preparada para aplicar estas estrategias y darle otra oportunidad a la dieta cetogénica. Es posible que, durante los próximos años, escuches más detalles acerca de los beneficios respaldados por la ciencia respecto a la dieta keto, a medida que crezca la investigación en esta área.
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