Muchas estaremos de acuerdo en que comer es uno de los placeres de la vida. Disfrutar de la comida ayuda a que asimilemos mejor los alimentos que ingerimos. En verano es habitual incrementar la cantidad de “caprichos” que nos dan “placer” al momento, aunque a la larga puedan jugar en nuestra contra. En esta ocasión, no pondremos el foco en la alimentación general, sino en la importancia de mantener un sistema digestivo sano y en forma.
Siguiendo los pasos de la digestión
En este artículo vas a conocer el proceso de digestión de los alimentos que tomas. Es fundamental si pretende que tu digestión sea lo más efectiva posible.
Cabe señalar que, en contra de lo que mucha gente piensa, el proceso digestivo no comienza en el estómago, sino en la boca. Cada alimento que ingerimos se introduce en primer lugar por esta cavidad y destaca el contacto con los dientes, que lo van triturando y mezclando con la saliva. En este sentido, la saliva contiene una serie de enzimas que se encargan de comenzar la digestión cuando el alimento se encuentra aún en la boca.
Más adelante, el aparato digestivo se encargará de absorber los nutrientes de los alimentos y los convertirá en energía para alimentar todas las células.
Microorganismos y bacterias
Además, en nuestro aparato digestivo habitan unos 100 billones de microorganismos, todos ellos son responsables de su buen funcionamiento. Estos forman un ecosistema propio que llamamos microbiota o flora intestinal, y pueden ser beneficiosos o patógenos, lo ideal sería conseguir un equilibrio entre ambos.
En caso de que los patógenos sean más abundantes que los otros, es muy probable que comiencen los problemas digestivos como la acidez, la inflamación estomacal o el estreñimiento. Asimismo, hay ocasiones en las que esto puede provocar irritaciones en la piel, cansancio o cambios bruscos de humor y malos hábitos en el sueño.
¿Cómo garantizar una digestión correcta?
En primer lugar, es recomendable comer de manera tranquila. El sistema digestivo necesita que los nutrientes o alimentos completen su proceso de forma relajada. Por lo tanto, debemos evitar comer con prisas o de pie. Desgraciadamente, se trata de un mal hábito que cada vez está más extendido en nuestro entorno: comer mientras sigues trabajando o salir a un quiosco para “picar” algo a la hora del almuerzo. En cambio, si te sientas a comer de forma relajada todos los procesos relacionados con la digestión se llevarán a cabo de manera más eficaz.
Una vez que has interiorizado que las prisas no son buenas a la hora de comer, debes tener en cuenta que hay que masticar mucho cada porción ingerida. Esto hará que la asimilación y absorción de los alimentos sea mejor. Realmente, lo ideal es que mastiques el alimento hasta que se haga papilla, algo que no practica la mayoría de las personas, pero este es el modo de conseguir una perfecta digestión.
La variedad en la dieta siempre es importante. Una buena combinación de alimentos hace que puedas asimilar mejor los nutrientes. Esto puede hacer que te sientas menos pesada tras la comida, así tendrás más energía y vitalidad el resto del día.
Beneficios de un sistema digestivo saludable
Tal y como hemos apuntado anteriormente, la flora bacteriana está formada por millones de bacterias vivas. Estas poseen propiedades importantes y acciones beneficiosas en nuestro metabolismo:
- Contribuyen a mejorar el sistema inmune.
- Son tus aliadas en la lucha contra diversas infecciones. Esto se debe a que ayudan a combatir ciertas bacterias y virus nocivos.
- La flora bacteriana fomenta la producción de vitaminas y aminoácidos del cuerpo.
- Sirve de gran ayuda para mejorar la digestión de los alimentos.
- Favorece la protección de la pared del tubo digestivo.
