Cómo hacer una pizza saludable

¿Quien dijo que las personas que quieren bajar de piso no pueden comer pizza? A menudo comparamos esta deliciosa comida italiana con otro tipo de comida rápida, como los perritos o hamburguesas, mucho más perjudiciales para nuestra salud por su alto contenido en grasas saturadas. Pero la mejor parte de la pizza es que cada uno la puede pedir o preparar a su gusto, y esto permite que haya mil y una combinaciones posibles. Y entre ellas, muchas recetas para pizzas saludables y riquísimas que pueden quitarnos el gusanillo a la vez que nos alimentamos de forma saludable.

Para crear una pizza saludable, lo primero que debemos hacer es crear nosotros mismos una masa orgánica con harina, agua y sal, sin pasarnos demasiado con esta último, para que la base sea perfecta. Una vez tengamos nuestra base preparada, existen dos ingredientes que no pueden faltar en toda buena pizza que se precie: el queso y el tomate. En cuanto al primero, podemos optar por las versiones light de los quesos, para ahorrar calorías y no sabor. El tomate puede ser de bote, o incluso natural, orgánico, rayándolo nosotros mismos y untando toda la base con él para crear una pizza todavía más sana si cabe.

Es el momento de decidir los ingredientes que darán «sabor» a la pizza. Puesto que estamos buscando que sea saludable, podemos optar por vegetales como la cebolla, el pimiento o los champiñones. Si nos gusta el pescado, el atún puede ser una opción magnífica para aderezar nuestra pizza. Y si no soportamos la idea de que nuestra pizza no lleve algo de carne, siempre podemos colocar algo de pavo por encima, trozos de pechuga de pollo a la plancha o jamon de york,  carne relativamente sana en comparación con los embutidos como el chorizo o el salchichón, por ejemplo.

De esta forma, nuestro antojo de comer pizza se verá saciado y no tendremos que preocuparnos tanto por las consecuencias para nuestra dieta, ya que hemos elaborado un plato saludable.

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