Aprende a reducir la ansiedad y evitar que afecte a tu cuerpo

Son muchos los factores que nos pueden provocar ansiedad. El ritmo de vida de la sociedad occidental, las nuevas tecnologías o el tipo de comida que consumimos puede tener efectos negativos en nuestro organismo, generando en ocasiones estrés, fatiga o ansiedad.

En este sentido, la ansiedad puede estar ligada al aumento de apetito, aunque esto puede depender de la persona que la sufra. Hay personas a las que se les cierra el estómago y otras optan por abrir la nevera o dirigirse al armario “prohibido” de la casa en la que va a encontrar una dosis importante de azúcares añadidos y alimentos poco recomendables para nuestra salud.

Mujer que desea reducir la ansiedad relacionada con la obesidad

El cerebro pide descanso

Antes de entrar en el terreno físico, nos centramos en las consecuencias psicológicas. Vivimos en un mundo en el que se demanda la inmediatez. Cada vez estamos más conectados a la tecnología y a las redes sociales, lo que puede jugar en nuestra contra. El correo electrónico y la mensajería instantánea nos bombardea continuamente el teléfono móvil, del que no nos desprendemos. Esto puede llegar a crear una sensación de ansiedad difícil de controlar.

Según los expertos, la multitarea crece a medida que abruma nuestros cerebros. Estamos constantemente conectados, convirtiendo en necesidad lo que probablemente no lo sea. De hecho, cuando realizamos varias tareas a la vez es complicado que las cosas entren en la memoria a largo plazo, ¿estamos convirtiendo a nuestro cerebro en un disco de almacenamiento de usar y tirar?

Relación entre ansiedad y obesidad

La ansiedad y la obesidad pueden estar ligadas, es más, ambas afectan a millones de personas de todas las edades. La tendencia creciente de la obesidad a nivel mundial se ha atribuido a la genética y los cambios en el estilo de vida, pero los últimos informes publicados que hacen referencia a estos casos apuntan que la salud mental deteriorada también podría tener relación directa con la obesidad.

Cabe destacar que la ansiedad es uno de los trastornos mentales más prevalentes en los países desarrollados. En este sentido, la obesidad puede provocar trastornos de ansiedad a través de varias vías. Por ejemplo, la discriminación y el estigma relacionados con el peso pueden ser muy angustiosos para las personas obesas.

Sin embargo, la evidencia actual que vincula la obesidad y los trastornos de ansiedad no es clara. Algunos estudios han identificado una asociación entre estas dos condiciones, mientras que otros no han podido observar una relación significativa.

Síntomas más destacados

Existen algunos signos clave que demuestran que la ansiedad puede estar tomando el control de tu vida. Estos son algunos de ellos a los que quizás debas prestar especial atención:

  • Comer en exceso o, por el contrario, pérdida del apetito.
  • Dificultad para dormir.
  • Cambios bruscos de humor.

Para combatir la ansiedad deberías adoptar un enfoque más activo para la relajación. Es importante aprender a proteger nuestra mente de los factores estresantes.

Consejos para combatir la ansiedad

Si sufres ansiedad y esto te está llevando a comer más y ganar peso, sigue una serie de consejos que podrían ayudarte a mejorar tu estado de salud intelectual:

  • Lo primero que debes hacer al despertarte es realizar una actividad que te ayude a sentirte bien por dentro. No empieces la jornada con el teléfono en la mano, no conectes con el trabajo desde tan temprano. Empieza por algo que te llene en el ámbito interior, dejando a un lado las preocupaciones del exterior.
  • La naturaleza y el deporte puede ser una combinación interesante. Si está en tus manos, haz que sea posible con un paseo o ejercicio matinal. También lo puedes aplicar en cualquier otro momento de la jornada.
  • Rodéate de un ambiente fresco y agradable. La aromaterapia y los aceites esenciales pueden ser de utilidad a la hora de desencadenar neurotransmisores en tu cerebro. Así podrás liberar diferentes sensaciones y fomentar el bienestar.
  • El último punto, y puede que el más importante para ti: sigue unos hábitos alimenticios saludables. Una dieta rica en nutrientes y baja en azúcares y grasas trans es lo apropiado para sentirte mejor por fuera y por dentro.

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