Cuando tenemos que comenzar una dieta para adelgazar lo primero que pensamos es que alimentos debemos comprar para consumir y cuales tenemos que sacar de nuestro hogar. Cuando vamos de compras al supermercado empezamos a elegir productos Light, los cuales cuestan más dinero que los productos regulares. En este sentido es común sentir que para comer saludable y bajar de peso hay que gastar más dinero en nuestra alimentación. Esto no es verdad, podemos adelgazar comiendo saludablemente por el mismo dinero que veníamos gastando, e incluso menos.
Pero para cumplir esta premisa tendremos que guiarnos por nuestra experiencia y algunos consejos, dejando de lado lo que nos propone la publicidad.
Como primera recomendación es fundamental elegir frutas y verduras de estación. Cada estación del año ofrece determinados alimentos naturales para adelgazar, los cuales por su gran abundancia son más económicos en su precio. Además estaremos obteniendo todos sus beneficios naturales ya que no han sufrido procesos de conservación ni refrigeración para su conservación.
Con respecto a los productos lácteos, podemos comprar aquellos descremados, ya que aporta menor cantidad de calorías y materia grasa. No es necesario comprarlo ya con la fruta o cereales agregados, eso lo podemos hacer en casa incorporándole lo que a cada integrante de la familia le guste.
Hay una gran variedad de panes, algunos con harina integral y cereales particulares. Estos beneficios pueden ser aportados por el consumo de cereales en alguna preparación que realicemos en casa, y sólo comprar panificados comunes frente a otras ofertas más tentadoras pero que aportan mayor cantidad de energía a nuestro cuerpo.
Cada vez es mayor la oferta de alimentos preparados para calentar y comer, incluso ofreciendo productos bajos en calorías, los cueles pueden ser una buena opción para algún día particular. Estos productos son bajos en calorías, pero en general tienen algunas dificultades por su elevado contenido de sal. Además que su costo es mayor que preparar más porciones en nuestra cocina.
Cuando tengamos que llevar comida al trabajo o al lugar donde estudiemos, el día anterior podemos preparar mayor cantidad de alimento de lo que estemos preparando para dejar una o varias porciones para el próximo día. De esta forma evitaremos comprar comida chatarra para el descanso laboral.
