Alguna vez seguro que hemos oído hablar del
Precisamente, el colesterol bueno (HDL) se encarga de desatascar nuestras arterías de las lipoproteínas de baja densidad que contienen el colesterol dañino. En última instancia, este colesterol malo es enviado por el bueno a nuestro hígado, que se encarga de eliminarlo como residuo que es. Así podemos concluir que el colesterol bueno evita, por ejemplo, la posibilidad de infartos, ya que consigue que nuestras arterías se mantengan libres.
Por ello es fácil determinar que aumentando nuestro colesterol bueno evitaremos los atascos en las arterías producidos por el otro tipo de colesterol, el malo, y así estaremos más prevenidos frente a los ataques al corazón. De todos modos, un exceso de colesterol, por muy bueno que sea, acaba también siendo perjudicial. En nuestro organismo, todo debe estar en su justa medida, y aunque el colesterol bueno es necesario para un buen funcionamiento incluso neuronal, ya que ayuda también a estos tejidos, un exceso de este tipo de lipoproteínas de alta intensidad también puede ser dañino.
¿Y que alimentos nos ayudarán a tener más colesterol bueno? Pues todo lo que lleve fibra, como vegetales, pasta, trigo, cereales… También aquellos alimentos con Omega 3 como los pescados o los frutos secos. Y por supuesto, llevar una dieta equilibrada y hacer ejercicio siempre nos ayudará a mantener nuestro nivel de colesterol donde debe.