Diariamente consumimos una cantidad diversa de alimentos.
El consumo de abundante fibra permite que la materia fecal tenga una consistencia adecuada para que pueda avanzar correctamente por el intestino y su contracción sea efectiva. Evitando que tengamos tránsito lento, constipación e incluso diarreas. También contribuye a evitar las flatulencias y con la disminución de peso. Disminuye la aparición de cáncer de colon y recto en las personas que incluyen la fibra dentro de su dieta.
La fibra atrae cierta cantidad de agua, impidiendo que se absorba en su totalidad, también permite que ciertos sustancias tóxicas presentes en las comidas y producidas por bacterias de nuestro tuvo digestivo no lleguen a entrar en nuestro cuerpo. Contribuye a que se elimine algunos desechos de nuestro cuerpo contenidos en la bilis.
Por estos motivos consumir una cantidad importante de fibra alimentaria en nuestra dieta diaria nos previene de enfermedades de nuestro aparato digestivo. La fibra se encuentra en verduras, frutas y cereales como el arroz integral y avena.
Todos los productos que sean integrales tienen el aporte extra de fibra, encontrándose en galletas, panes, yogurt, entre otros. En los comercios podemos encontrar varios productos que vienen con el agregado de fibra y con la etiqueta de integral. Estoy alimentos normalmente no tienen grandes cambios en su textura ni sabor, pero si en su aporta en salud que nos brindan. No es necesario consumir todos los productos con esta cualidad, pero si sería recomendable incluir alguno diariamente.
Para obtener el máximo beneficio de las frutas y verduras es recomendable consumirlas con cáscara, ya que aporta mayor proporción de este elemento. Con un buen lavado se pueden consumir perfectamente. ¡Pequeños cambios en los alimentos que consumimos puede mejorar notablemente nuestra salud!
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