El primer gran paso para resolver los problemas de obesidad es reconocer que se tiene un problema, si ya ha pasado por tu mente que estas demasiado gordo/a, has logrado comenzar tu camino al cambio de vida.
Si has decido comenzar a perder peso lo primero que debes saber es que “dejar de estar gorda” no es tan sencillo como algunos comerciales y productos milagro dicen, los cuales se encuentran totalmente desaconsejados para su uso médico. Implica sacrificio y una enorme fuerza de voluntad, ya que tendrás que cambiar hábitos y desarrollar nuevos para lograr tu cometido, que puede tardar más de un año en llegar.
¿Qué dieta o ejercicio es mejor para mí?
Para comenzar a adelgazar lo ideal es realizar una combinación de dieta y ejercicio, no existe ningún método más eficaz hasta el momento. Primero debes dejar de consumir refrescos, bebidas enlatadas, jugos industriales, frituras y comida chatarra.
Tu nuevo propósito será reducir tu consumo de calorías por lo menos en 500 kcal respecto a una dieta estándar basada en 2000 kcal. Dejar de consumir alimentos chatarra y consumir una cantidad menor de alimentos sin modificar tu dieta puede ayudar, sin embargo, lo mejor es cambiar radicalmente a una dieta estilo mediterráneo: mayor consumo de vegetales, frutas, pescado, pollo y grasas buenas provenientes del aceite de oliva. Recuerda no intentar matarte de hambre, piensa que apartir de ahora tu alimentación esta por sufrir un gran cambio para mejorar tu salud.
Evita totalmente saltarte una comida, no solamente te generará angustia, sino que incrementa las posibilidades de que en la siguiente comida sufras un atracón de comida, además esta conducta lleva directamente a incrementar la cantidad de grasa, te explico: tu cuerpo asume que cada vez que comes podría ser la última vez, así que guarda grasa para utilizar esta energía después, estos saltos en la comida mandan un mensaje de alerta e intenta almacenar aún más grasas.
En cuanto al ejercicio comienza gradualmente, puedes comenzar por caminar 30 minutos al día, si no hacías ninguna actividad física es poco probable que puedas comenzar corriendo 5 kilómetros. La natación es el mejor ejercicio que puedes realizar, ya que tiene un impacto mínimo en las articulaciones y ayuda a fortalecer todos los músculos del cuerpo, por el contrario evita correr, ya que si tu peso es mucho pueden causar serios estragos en tus articulaciones.
Los aparatos y fórmulas que se venden en televisión no son útiles, no caigas en su publicidad y opta por abstenerte de comprarlos, solamente te quitarán dinero y frustrarán tus metas de lograr perder peso. Existen medicamentos y procedimientos quirúrgicos para combatir la obesidad, sin embargo, estos solamente deben ser recomendados por profesionales.
¿Cuánto debo bajar por mes?
Los consensos internacionales han demostrado que cada cuatro a seis meses se debe perder un máximo de 10% del peso total, esto evita el efecto rebote y representa una cantidad pérdida de peso sana y segura. Si se excede esta cantidad puede llevar a efectos colaterales peligrosos para la salud como desmineralización ósea, desequilibrios hormonales, del estado de ánimo y del ciclo del sueño, entre otros
Por último recuerda que nada sustituye la orientación profesional de un médico, un nutriólogo y un psicólogo, ya que un buen tratamiento requiere un manejo multidisciplinario. En algún momento deberás acudir con ellos para vigilar tu estado de salud general.
¿La gordura se hereda?
Muchas personas que sufren obesidad se cuestionan acerca del origen de sus problemas de peso ¿será acaso algún gen que motive la obesidad?, ¿existen en verdad las personas de huesos anchos? La respuesta para ambas preguntas es no.
Si bien existe evidencia que apoya la teoría de que los hijos de madres obesas tiene un mayor riesgo en su vida adulta de ser obesos, no existe ningún gen o proteína heredable que se haya identificado como el causante de la obesidad. Sin embargo, los hijos de madres obesas si sufren cambios en su sistema hormonal que podrían contribuir al aumento de peso en su edad adulta.
Es cierto que nuestra genética determinará la manera en la cual la grasa se almacenará en nuestro cuerpo, además no todas las personas tendrán un cuerpo escultural como el que se intenta vender en los medios de comunicación, lo cual no implica que sean gordos de nacimiento ni que estemos predispuestos a ser gordos, por el contrario es una cuestión de ingesta excesiva de calorías.
No es cuestión de herencia
Muchas personas se preguntan cómo es que la obesidad no se hereda si existen familias que claramente tienen muchos obesos en ella, la cuestión es que realmente lo que se heredan son los hábitos.
Así los más pequeños de la casa observarán las conductas alimenticias de los mayores y serán educados a comer como ellos, por lo que sus dietas quedarán marcadas con el consumo de alimentos chatarra y con un gran contenido calórico consumiendo refrescos, sopas instantáneas, pastas, frituras, pastelillos, comida rápida, etcétera.
Estos hábitos los convertirán desde edades tempranas en adictos al azúcar: imagina ¿qué prefieres un pastel o un plato de espinacas?, el pastel es la respuesta obvia. Consumir cantidades elevadas de azúcar en la infancia llevará a que se produzca un descontrol en el sistema de satisfacción del cuerpo, por lo que cada vez se requerirá mayor cantidad para satisfacerlo, algo que se ve en el consumo de drogas.
Además al ingerir grandes cantidades de comida se diluye el efecto de la leptina, una hormona encargada de enviar al cerebro la señal de saciedad, por lo que los menores consumirán cada vez mayores cantidades de alimento chatarra.
El principal problema es que ahora existen familias con menores obesos desde edades menores a los 5 años, lo cual disminuirá su calidad de vida de manera increíble por la aparición de enfermedades y complicaciones propias de una persona con obesidad que antes solamente se veían en adultos o ancianos.
Cosas que si se heredan
En cambio existen ciertas enfermedades que vienen con la obesidad en las cuales si puede existir una predisposición genética, sobre todo en el conocido síndrome metabólico que conjunta hipertensión, diabetes, obesidad y aumento de triglicéridos.
Se ha comprado que una serie de genes están implicados en el desarrollo de diabetes e hipertensión, así que lo más probable es que si tus dos padres la padecen en algún punto de tu vida tendrás este diagnóstico. La obesidad solo agrava el problema ya que aumenta el riesgo de complicaciones y reduce la edad de aparición de estas enfermedades, que en un lapso de 10 años de mal manejo ya habrán causado estragos a nivel del corazón, de los riñones y del cerebro.