La actividad física constituye uno de los pilares necesarios que deben tenerse en cuenta para bajar de peso. Disminuyendo el consumo de alimentos quizás la persona no logre bajar de peso, o que demore en adelgazar. Es necesario quemar el exceso de grasa corporal contenida en el tejido adiposo a nivel abdominal y de miembros inferiores fundamentalmente.
En este proceso para disminuir la grasa de los tejidos, que contribuye a sufrir enfermedades cardiovasculares el ejercicio es la única estrategia posible. Es necesario que sea realizado varias veces a la semana por al menos 45 minutos en cada sesión. El gimnasio puede ser una buena alternativa para todas aquellas personas que requieran de un profesional en fitness para orientarlos en que ejercicios y de que manera realizarlos.
La actividad física de rutina además contribuye a combar el síndrome metabólico, el cuál se vinculada con varias enfermedades crónicas que afectan la calidad de vida de las personas.
El gimnasio permite realizar varios tipos de ejercicios teniendo en cuenta las necesidades de consumo energético para cada persona. Es necesario contar con un plan individualizado y ajustado a los gustos personales para lograr una mejor efectividad y motivación en su realización. No olvidar que el ejercicio en gimnasio implica la repetición de unos pocos ejercicios, una rutina a lo largo de varios días. Solicitar al instructor que nos oriente una variación de la rutina de ejercicios en el gimnasio permitirá que la disfrutemos más.
Lograr mejores resultados en los ejercicios físicos en el gimnasio es influenciado por varios factores, uno de los cuales es la asiduidad semanal. Concurrir en grupo a realizar ejercicios para bajar de peso contribuye a realizarlo durante un mayor periodo de tiempo.
Existe, como hemos analizado previamente en Gorda, la existencia de ejercicios físicos especialmente diseñados para bajar de peso más rápidamente, los mismos son aeróbicos e implican un gran gasto energético al organismo.
El inicio de los ejercicios en el gimnasio deben ser graduales, comenzando por periodos breve de tiempo, los cuales se podrán ir aumentando semana a semana. No apurarse en este aspecto posibilita una adecuada preparación y adaptación de todos los órganos del cuerpo a la nueva demanda física.
