Cuando se comienza un plan para bajar
Lo primero es tener un punto de partida de la persona, para conocer si padece de sobrepeso u obesidad y en que grado, que junto al peso inicial y el conocimiento de sus actividades diarias podrá tenerse una valoración inicial como punto de partida para iniciar un proceso para bajar de peso.
El Índice de Masa Corporal permite indicar el riesgo para la salud que implican los kilos extras y la grasa corporal acumulada, de esta forma tendremos presente el peso ideal para una persona.
El dato del peso ideal recomendado para una persona puede no ser la meta que nos propongamos para adelgazar en una primera instancia, por varios motivos, desde que esa meta implicaría un plan de adelgazamiento bastante ajustado y difícil de mantener en el mediano y largo plazo.
El valor objetivo y estadístico para saber a que peso debemos aspirar para un menor riesgo para nuestra salud es fácil de calcular, pero difícil de alcanzar. Por este motivo, la meta de peso a lograr con los cambios de alimentación debe ser levemente superior a lo recomendado.
También es recomendable fijarse metas intermedias para lograr mayor motivación y estímulo en la persona, que va logrando bajar de peso de forma escalonada pero mantenida en el tiempo.
Como ya hemos recomendado en Gorda, hay que pensar más en el proceso de adelgazamiento que en el peso ideal a alcanzar, porque sino va a suceder que al dejar el plan recomendado para un adecuado balance energético corporal, la persona empieza recuperar kilos de forma lenta pero constante. Los cambios en el peso sólo lograremos que sean estables si en el proceso de adelgazamiento se logró una modificación importante en los hábitos alimenticios de la persona y se incluyó el ejercicio físico como parte integral de su rutina diaria.
Sólo los cambios duraderos en el peso contribuyen a disminuir el riesgo cardiovascular permitiendo tener una mejor calidad de vida a largo plazo.